domingo, 22 de marzo de 2009

Fin al silencio

Duele aceptar que sigo viviendo en la incertidumbre en la que permití Alan me dejara con su falta de palabras. ¿Por qué tiendo a interrumpir a la gente cuando está por decirme algo importante? Será que mi gran temor inconsciente a la verdad me programa una rutina de interrupción ante este tipo de interacción con otros sistemas? Lo cierto es que sólo con su presencia irradia una gran calidez que me provoca quererlo abrazar y difícilmente puedo ser objetiva, ni siquiera me siento capaz de expresar mis ideas con claridad cuando se encuentra en la silla frente a la mía, tiendo a dejar que mi boca emane situaciones al azar. Precisamente era la palabra lo que buscaba, pero no como lo había imaginado, una vez más no fue el día, ni la palabra ni el momento preciso. Odie sentirme analizada con un reloj de ajedrez. Sin embargo agradezco que lo halla intentado. Bien decía Nietzshe "La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio"

jueves, 12 de marzo de 2009

Una oportunidad

He abierto finalmente los ojos ante los defectos de él, sí del mismo del que estado hablando desde el comienzo del blog, (lo llamaré Ahkin) que no quería ver: mentiroso, mujeriego, inseguro, egoísta y aunque me duele aceptarlo y siga enamorada de él he decidido darme una nueva oportunidad.

Hace algunos años, observé de lejos a un ser que llamó mi atención, cual ídolo pop a una adolescente, Alan he de llamarle. Al día de hoy no recuerdo la manera, pero logré crear un vínculo de saludo distante, me bastaba para llenar mis entrañas de alegría banal y suspiros.

Finalmente con un poco de suerte logramos convivir pero no era el día, los ánimos ni la situación oportuna.

Un día entró en mi una terrible depresión. El recuerdo de un amor, el exceso de pretendientes superfluos, el deseo de vaciar por una noche el pasado en una botella de cerveza, la curiosidad por experimentar con sustancias ilícitas, los pendientes, la oportunidad, las responsabilidades, la noche, la falta de juicio, frío, personas nuevas, conversaciones del subconsciente, cigarros cuando ni fumo, altas horas de la noche, ceguera, e inesperadamente todo eso me llevó una madrugada a su abrazo cálido. Con ganas de entregarme al ídolo que habitaba en mi cabeza, pero consiente hasta en mi peor estado de inconsciencia no pasó más. Estúpidamente sigo sintiendo que cualquier cosa con alguien más es como traicionar mis sentimientos arraigados, como traicionar a Ahkin.

Hace tiempo que no me he querido entregar a una relación, no he encontrado a una persona que me inspire el sentimiento, que se adueñe de mi atención a los diez minutos de comenzada una conversación y que además me produzca algún tipo de reacción, llamémosle química, que evoque una sonrisita estúpida. Mis amigos dicen que es porque soy extremadamente exigente, yo digo que es porque trato de encontrar lo mejor para mi.

Después de esa noche, ese personaje se robó ramos de flores coloridas que producía mi imaginación, no es que me enamorara instantáneamente de él, ni siquiera podría hablarle de sentimientos, pero quería conocer más de esta persona de la que cada detalle que conocía me hacía recordar que alguna vez fui un ser feliz lleno de sentimientos con una gran capacidad de amar. Las cosas en común me inquietaron.

Comencé a soñar con él y me esforcé por dar algunos pasos para encontrarnos, me siento como amateur nuevamente en estas cuestiones de "salir", me siento hundida en la incertidumbre total, sé que obviamente tiene una vida de la que nada sé, pero precisamente me esforzaré porque lo quiero conocer y porque creo que lo peor que podría pasar es que termináramos siendo amigos.

Es tanto mi temor a conocer a alguien que tal ves hubiera preferido seguir en el anonimato.

Inconsistencia

No he logrado darle secuencia a mis palabras previas, por el contrario voy cometiendo error tras error. Siendo inconsistente con todo menos con su recuerdo, el cual no me deja ser feliz, lo peor es que ahora existe casi la certeza de que nunca me amó como yo a él, de que no era conmigo con quien quería envejecer y tener el feliz final del cuento de hadas, que nunca fui dueña de sus pensamientos a lo largo de todos estos años en los que él se adueñó de los míos y en gran llanto me pregunto ¿qué es lo que me duele? el hecho de que le puso fin a lo nuestro, el que sólo fui parte de un instante de su vida, el que nunca le ha puesto fin a su pasado y sigue buscándolo, tal ves resulta que anda en busca de un futuro diferente y que sólo me quiso dejar como una velita prendida para algún día en los que busca calentarse con mi luz y sentirse menos sólo.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Presentación

Con esa última lágrima recomenzó mi vida.
Al día de hoy, puedo afirmar que mi nombre es Lezari Velaz y que no creo en el destino,
todo lo demás ha pasado a ser parte de una inmensa incertidumbre. Dentro de estas palabras pretendo encontrar gradualmente lo perdido, cómo saber qué he perdido si perdido está. Para qué buscar lo perdido si perdido está.
Corrigiendo, dentro de estas palabras pretendo volver a encontrar gradualmente quién soy, no es mi intención caer en la pretenciosa y estúpida búsqueda eterna del yo, sería definir como constante, una variable dependiente del tiempo. Sólo quiero volver a tener paz mental sobre mi propia persona, saber qué responder al preguntarme sobre mi libro, canción o color favorito, saberme definir en términos laborales, emocionales o familiares. Aunque definitivamente tendré que abordar el pasado en algunas ocasiones para entender de qué manera influyó éste en el hoy y seguirá influyendo.
Quiero hacer un recuento, cortar de raíz lo que me perjudique, pero para lo positivo dejar como testigo estas palabras para heredarlas como experiencia a quien le puedan servir.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Renunciando al Sol

Lezari salió por fin del encierro, del esperar eternamente a que su Sol llegara, sintiendo que algo andaba fuera de lugar, despojó una a una las máscaras de la gente que la rodeaba para poder reconocerse a ella misma.
Abrió los ojos y te vio, haciendo tu mejor esfuerzo por sobresalir entre una multitud de mujeres, talvez una en particular, te llama al móvil y observa cómo intencionalmente la evades.
No hay lágrimas, se ve a sí misma tan superior, la mezcla perfecta de todas esas mujeres a las que tanto admiras, esos labios, la sonrisa que en ellos provocas, los ojos grandes que sólo brillaban al verte, el cabello del que tantas veces se despojó para darte esa imagen ideal. Esa magia que contagia al mundo con su simple caminar, el cual he observado que provoca voltearla a ver sin importar el género de la multitud.
No por que posea una belleza exuberante como la que normalmente la sociedad exige, pero porta la auténtica honestidad que es cada vez más rara
Hoy ella se dio cuenta de lo tonto que eres, sí, tú, el hombre que ella consideraba inalcanzablemente intelectual. Te ve ahora como una persona que al ser sometida a un experimento científico antes de nacer, ha nacido sin alma, sin sentido común del amor, no hay otra manera de explicarse el que siempre añoras lo que tienes en tus narices, y debido a tu constante estupidez a través de los años es que hoy puedo decir que la has perdido para siempre.
En un número infinito de ocasiones defendiéndote de los malos comentarios, ensalzando tu nombre como si fueras una especie de Dios terrenal, traído a su vida a darle un ejemplo de vida.
Le mentiste al que presiento será el amor más honesto y puro de tu vida, sin la mínima de las conciencias.
Ella después de ocho años tenía que ver cómo eras con sus propios ojos, observarte durante un gran rato, enfrentar su realidad de manera contraria a como siempre la evitas tú.
Lezari se revolcaba en su propio ser, cómo el hombre que la acaba de tomar en sus brazos con tanta desesperación puede ser esta escoria. Entonces de un instante a otro se ha dado cuenta de que el Sol que anhelaba era un personaje más de novela creado en su cabeza y que definitivamente no eras tú, se da cuenta que definitivamente no quiere que seas algo que viva en sus recuerdos y te envía una última lágrima para decirte adiós.